Yo, Thea Joyce, estoy oficialmente maldita.
Si el “incidente” en el instituto o el “accidental” incendio en la residencia no eran suficientes para convencerme, esto sí lo fue. ¿Por qué? Porque mi dulce y demasiado talentoso hermano ha decidido abandonarme durante diez días.
¿Y a quién me deja?
Con su insufrible y demasiado guapo-para-llevar-gorra mejor amigo: Jackson James.
Un tipo que ha hecho de arruinarme la vida su misión personal, insulto tras insulto.
No nos soportamos. En absoluto.
Yo creo que es un vago mujeriego.
Él piensa que soy un desastre con patas.
Y ahora, gracias a ese estúpido incendio, estoy atrapada viviendo con él.
Sola.
Durante diez días.
Diez. Días. Completos.
Pero entre el silencio pasivo-agresivo, las discusiones constantes y ese pequeño incidente embarazoso donde casi me ofrecí a cambio de una porción de pizza (no preguntes), algo cambia.
Él empieza a mirarme distinto. A actuar distinto.
Y entonces suelta la bomba:
Está enamorado de mí.
Sí, claro.
Lo atribuyo a un episodio temporal de locura.
Pero luego, un juego imprudente de Yo nunca, nunca... se convierte en algo que NUNCA vi venir.
Ya no hay vuelta atrás.
Y la verdadera pregunta es…
¿Qué demonios se supone que debo hacer ahora?
